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Mostrando entradas de marzo, 2019

Caniche Toy

Esteban medita todas las mañanas. Me irrita ver su cara relajada y la sonrisa boba que la acompaña, logra que su interlocutor copie el gesto, no sé cómo lo hace, el otro día hablamos durante cinco minutos y al llegar a casa me dolía toda la cara. Sospecho que es gay, en su pulcra mesa de trabajo hay un retrato de su caniche toy, también es sospechosa la talla de su pantalón, da la sensación que le queda demasiado pegado al cuerpo y de esa manera se hacen visibles sus glúteos, genitales y piernas. Mañana viernes es su cumpleaños, invitó a toda la oficina, seguro querrá recibir varios regalos. Falta poco para finalizar este día y estoy listo para irme, saludo a todos a la distancia y escapo para mi casa. La tarde está linda, el clima es agradable y las chicas comienzan a lucir sus faldas cortas, el olor a jazmín anticipa las navidades, esas fiestas que no sé donde pasarlas ni con quien estar. De paso por el almacén compro vino. En breve tendré la visita de Mabel, una joven paraguaya que

Johnnie Walker 

Convivo con una persona que desconozco. Pasaron varios días y la puerta de su dormitorio sigue cerrada, no es mi intención molestar. Mantengo contacto con poca gente y ninguna de la suya para averiguar qué le sucede. Me pregunto si está vivo. Fantaseo con un cadáver echado sobre la cama, eso me altera, debo beber algo y relajarme. Su actitud me obliga a resguardarme dentro de mi habitación. No estoy solo, existen los fantasmas. Me recuesto sobre el colchón, y trato de no pensar, pero el silencio se pronuncia denso, me atornilla la cabeza y entro en pánico. Creo compartir la vida con un muerto, debo descubrir lo que ocurre. Salgo de mi cuarto y encaro ese oscuro y largo pasillo, al final del mismo está la puerta de su dormitorio pero no la veo. Bebo un buen trago. Enfilo lentamente, desaparezco en el corredor de la incertidumbre, penetro en sus entrañas, mis piernas tiemblan, sudo, extiendo el brazo y mi mano roza la superficie del umbral. Estoy tieso, desconozco que hay del otro lado,