Caniche Toy
Esteban medita todas las mañanas. Me irrita ver su cara relajada y la sonrisa boba que la acompaña, logra que su interlocutor copie el gesto, no sé cómo lo hace, el otro día hablamos durante cinco minutos y al llegar a casa me dolía toda la cara. Sospecho que es gay, en su pulcra mesa de trabajo hay un retrato de su caniche toy, también es sospechosa la talla de su pantalón, da la sensación que le queda demasiado pegado al cuerpo y de esa manera se hacen visibles sus glúteos, genitales y piernas. Mañana viernes es su cumpleaños, invitó a toda la oficina, seguro querrá recibir varios regalos. Falta poco para finalizar este día y estoy listo para irme, saludo a todos a la distancia y escapo para mi casa. La tarde está linda, el clima es agradable y las chicas comienzan a lucir sus faldas cortas, el olor a jazmín anticipa las navidades, esas fiestas que no sé donde pasarlas ni con quien estar. De paso por el almacén compro vino. En breve tendré la visita de Mabel, una joven paraguaya que