Trampantojo




Confundía oro por cobre, y todos los días esperaba ansioso que se cumpliese lo que su cabeza tramaba. La soledad, esa enemiga temible y aliada incondicional donde urdía sus conflictos. Buscó cómplices que alentaran su demanda, pero no midió los alcances de la estúpida perseverancia. Nunca supo discernir de qué estaba hecho lo otro, atrapado en su propio engaño, los demás empezaron a ver en él un loco.

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