Tu dios me da asco




En ningún pasaje de nuestras vidas recuerdo haber compartido diálogos coherentes sobre las cosas que nos estaban afectando en ese momento, para entonces habías perdido lucidez o jamás la tuviste. A diario te descubría en túneles oscuros frente a una imagen rezando con los ojos cerrados y cara sufriente, vos ya no estabas en este mundo ni en ningún otro, estabas afectada por sugestiones banales y destructivas, tu dios me da asco. Sufrí mucho con tu ausencia, sin embargo te empecinabas en hacerme cumplir con rituales absurdos. Para enderezar mi comportamiento pronosticabas amenazas escatológicas, un ente invisible castigaría mi vida si yo no cumplía con tus directrices, sin embargo en el fuego encontraba calor. Tenías razón, me rebelé a todo eso y hoy pago las consecuencias, quizá tu dios te escuchó, quizá juntos elucubraron un modo de hacerme entender por medio de una vida desgraciada que no se sale fácilmente de esto y que tampoco existe una salida. En la naturaleza veo una sencillez y un encanto que embriaga toda mi existencia, tu dios, me sigue dando asco.


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